Me he dado cuenta que la primera lectura de este libro, durante la ida y vuelta en transporte público al trabajo, no he retenido casi ninguna información de este libro. Así que esta lectura, más calmada, me ha hecho disfrutarla mucho.
Herbert no describe mucho sobre los mundos, palacios, indumentaria o personajes. Unas pinceladas y a volar tu imaginación, es una novela política, de poderes tanto a nivel personal como global, y una buena cantidad de facciones con diferentes intereses. Unas civilizaciones y religiones que te dan ganas de querer saber más sobre ellas. Cuando el manejo de ese trasfondo genera ese interés me engancha.
Los personajes principales son desiguales, los protagonistas creo que tienen una buena evolución, y fuertes puntos de inflexión para culiminar en situaciones inevitables. Sin embargo, hay otros secundarios importantes que tienen un buen potencial inicial pero no parece que supiera darle el autor un cierre …